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No espereis demasiado o más bien nada; sólo si quereis dejaros llevar por la nadería y la abulia durante un ensoñante rato, seguid conectados aquí, donde nada se compra ni se vende, donde no hay reglas, donde haré exacta y absolutamente lo que me de la real gana. Hablaré de lo que me plazca, obviaré lo que no me interese, no me comprometo a nada, tampoco pido ni exijo, tengo principios pero diferentes cada día, cambio de opinión como de camisa...así que, ciudadano del mundo, si te apetece, tu mismo.



lunes, 20 de febrero de 2012

PORQUÉ NADIE ENCUENTRA LO QUE BUSCA...


Fue Descartes quién hace ya siglos puso las bases del sistema cartesiano, llamado así en honor a él. Tres ejes, un espacio. Durante siglos hemos vivido con la creencia de poder medir todo, de poder establecer caminos hacia cualquier parte con precisión milimétrica.

Pero no es así.

Asistimos a los tiempos en los que nadie encuentra lo que busca. Es extraño, en una sociedad donde se ha llegado a la luna, donde los avances permiten crear microchips diminutos, donde la tecnología nos sorprende día sí y día también, que en cambio gran parte de este mundo se pase la vida vagando tras algo que no consigue nunca alcanzar. ¿qué hacemos mal? ¿Que mecanismos desconocemos aún tras tantos años para que cosas aparentemente tan sencillas como sentirse bien, amar y ser amado, encontrar una pareja,o sentirse plenos, parezcan quimeras inalcanzables?

Fue Einstein quien comenzó la gran revolución. Cuestionó la validez del concepto del espacio y del tiempo como algo absoluto, y llegó a la conclusión de que el tiempo discurria más deprisa o más despacio en función de la velocidad a la que se vive.

Hoy sabemos que el sistema cartesiano está obsoleto, o más bien sólo es aplicable a ciertos supuestos sencillos. Conocemos además multiples teorías que nos hablan de un espacio curvado, de unas dimensiones desconocidas, de que el camino más corto entre dos puntos, no es la linea recta. Enormes ecuaciones, gigantescos supuestos matemáticos que se manejan a golpe de computador.

Debe ser esto. Debe ser que los caminos de la vida tampoco son tan sencillos. Debe ocurrir que las cosas de los hombres, sus comportamientos y hechos, obeceden a ecuaciones tan complejas y difíciles, que muchas de las veces nos perdemos en pos de ellas. Tampoco nunca han sido objeto de estudio desde esta perspectiva, ni parece que a los matemáticos les interese demasiado. Obnubilados por la prepotencia que nos invade, caminamos en linea recta hacia el objetivo desdeñando los impulsos y las emociones, las corazonadas y presentimientos, sin darnos cuenta de que ellos son las llaves del camino.

Así pues, sólo una parte de la humanidad, la que escucha a sus sentidos, la que no obedece a obviedades, la que se cuestiona cosas y cree en los caminos imposibles, la que hace del comportamiento humano un laberinto de ejes deformes y únicos, la que cabalga a lomos de la esperanza y la intuición, es la que acaba alcanzando la meta.


Muchos otros creen haber llegado, y se ufanan de su prosperidad o pericia, cegados por la llegada de lo simple, por la sencillez de la linea recta, por la planitud de lo ya dado, por lo cartesiano de sus vidas, mientras caminan sin enterarse junto a las ocultas puertas de lo verdadero. Lástima.