AQUÍ LLEGA EL OTOÑO...

Han pasado ya unos días desde la vuelta al trabajo. Los cuerpos se acoplan, los biorritmos revienen estables, las mentes descansan. Al tiempo, los días comienzan a refrescar y ya casi huele a lluvia. Se acerca el otoño. Epoca siempre delicada, traviesa y algo meláncólica, albergue de propósitos definitivos y ansias renovadas, morada de entresijos complejos, mezcla de esperanza futura y nostalgia del pasado.

Es bueno leer en otoño, terapia dulce para los chakras. No sirven los libros de verano, novelas, sucesos, best-sellers y demás...no. Hay que buscar, rebuscar, libros que nos interesen, ensayos, autobiografías, cosas relacionadas con nuestras aficiones, metas o ilusiones.

Hoy os traigo un estupendo libro. Editado por ALIANZA EDITORIAL, "Conversaciones con Billy Wilder" es uno de los mejores libros de cine que he encontrado. El director Cameron Crowe, plasma en él las largas conversacions mantenidas con el mítico cineasta Billy Wilder durante los dos últimos años de su vida. El libro se devora con avidez porque es fiel reflejo de todo lo que significa su protagonista: El talento, la magia, el humor, la ironía, la brillantez humilde, el conocimiento profundo del mundo del cine y la correcta lectura de su actual evolución...todo en él es muy interesante. No se llevan ahora cosas así, inmersos como estamos (con sus habidas excepciones) en el dominio de las películas de amplia producción, grandes efectos, pobres guiones y nulo talento.

En estas tardes oscuras, cargadas de humedad y hojas secas, nada mejor que encender la chimenea y dejarse llevar por las amplias avenidas de los sueños del cine de la mano de este ya mítico director. Disfrutadlo.

Por último, y de corolario, deciros que es habitual también que al abrigo de el dichoso otoñito y la consabida chimenea, nos invada una sensación de amodorramiento más que peligrosa. No os dejeis engañar por las apariencias y bucead en la esencia del libro: Libre, irreverente, audaz por momentos, inteligente y siempre divertido. De modo que cuando tras terminar alguno de sus capítulos os sintais reconfortados y crecidos, saltad de vuestros sofás (prohibido doblar la mantita), sentíos como si fuerais los reyes del mambo, llamad a los amigos, poneos vuestros mejores galas y a bailar. No es un baile como el del verano, centrado en gustar, en proyectar cuerpo y alma hacia los demás. En otoño se baila para uno, más abrigadito, huyendo de las tristezas pero sin desatar la euforia. Áqui os dejo una ayuda, este David Guetta es que me mata....y me encanta.

¡Larga vida al otoño!