Existen los vampiros. Lo afirmo. Ya antes de que Bram Stoker los hiciese tremendamente populares con su novela, mucho antes de que alguna moderna trilogia volviese a llevarlos al cenit de su popularidad, existian.
Extraños estudiosos, dudosos historiadores, oscuros personajes deudores del ocultismo se encargan de encontrar cada dia alguna prueba mas de lo ancestral de la saga, de lo remoto de sus origenes: Antiguos papiros que revelan arboles genealogicos ininteligibles, mazmorras ocultas recien descubiertas en lo mas profundo de transilvania, objetos misteriosos que aparecen como santos griales para dar de comer a mas de uno... Pero no. No me refiero a esos.
Hubo una temporada en que soñaba todos los dias, uno tras otro,casi siempre a la misma hora, ya cercano el alba, siempre la misma vision recurrente y pertinaz: Tumbado en el suelo, pies y manos ensogados, y cuatro jinetes sobre sus monturas tiraban de los extremos de las cuerdas. No sentia dolor, ni miedo, solo debilidad y angustia. A medida que avanzaban, la angustia crecia y crecia, y notaba como mi fuerza era traspasada en pleno a aquellos cuatro jinetes a traves de sus corceles. Estuve asi una temporada...No encontraba explicacion, mi vida iba bien, mis proyectos avanti, no tenia problemas con nadie...¿O si?
Comence a explorar, a pensar, a escuchar mis señales, a medir mis transitos emocionales, a detectar los momentos en que me sentia incomodo...y al fin, tras un cafe de compromiso, lo descubri: Los vampiros. Alli estaban. A la vista de todos, en primer plano.
A veces la gente que carece de perfil psicopatico es tremendamente injusta consigo misma...y por no causar el minimo dolor, abre el armario de su energia regalandola como si sobrara. No dudo que aquella persona lo mereciera, supongo que ademas lo necesitaba...pero convirtio su dolor en mi carencia, hizo de su problema mi carga, y como ademas le iba la marcha de las piedras en el camino, las recogia todas, pero para meterlas...en mi mochila, de modo que cada vez aquello se hacia mas insoportable.
No es que no crea que esta bien ayudar a aquel que lo necesita, pero si que a veces, con el chantaje moral de haber sido los causantes del mal (discutible), asumimos una carga que nos desgasta y no nos deja crecer, y que realmente correspondia a el otro. No es que el otro lo haga a proposito, al menos en la mayoria de los casos, es mas bien un mecanismo de economizacion de energia, antiguo como la vida misma. Pero eso no quita para que al fin y al cabo, nos traspasen su desgaste. ¿Donde esta el limite entre ayudar, portarse bien, ofrecerse....y ser usado para mayor comodidad del "dañado"?
Quiza no sea politicamente muy correcto hablar asi, pero yo creo que esto es fruto de la falta de habito ante la adversidad, el sufrimiento y la negacion. Y asi abundan los vampiros, cada dia mas... Lo siento de verdad, intento ser generoso, intento ayudar a luchar si puedo, pero me niego, en redondo, a ser vampirizado. Una y no mas, Santo Tomas. Cada palo, que aguante su vela...que yo ya voy mayor.
Dios mio, mi teclado ha perdido la tilde...¿Se nota?
Preciosa cancion de Vanesa Martin que habla de vampiros.... de los de verdad, claro...
viernes, 30 de marzo de 2012
lunes, 20 de febrero de 2012
PORQUÉ NADIE ENCUENTRA LO QUE BUSCA...
Fue Descartes quién hace ya siglos puso las bases del sistema cartesiano, llamado así en honor a él. Tres ejes, un espacio. Durante siglos hemos vivido con la creencia de poder medir todo, de poder establecer caminos hacia cualquier parte con precisión milimétrica.
Pero no es así.
Asistimos a los tiempos en los que nadie encuentra lo que busca. Es extraño, en una sociedad donde se ha llegado a la luna, donde los avances permiten crear microchips diminutos, donde la tecnología nos sorprende día sí y día también, que en cambio gran parte de este mundo se pase la vida vagando tras algo que no consigue nunca alcanzar. ¿qué hacemos mal? ¿Que mecanismos desconocemos aún tras tantos años para que cosas aparentemente tan sencillas como sentirse bien, amar y ser amado, encontrar una pareja,o sentirse plenos, parezcan quimeras inalcanzables?
Asistimos a los tiempos en los que nadie encuentra lo que busca. Es extraño, en una sociedad donde se ha llegado a la luna, donde los avances permiten crear microchips diminutos, donde la tecnología nos sorprende día sí y día también, que en cambio gran parte de este mundo se pase la vida vagando tras algo que no consigue nunca alcanzar. ¿qué hacemos mal? ¿Que mecanismos desconocemos aún tras tantos años para que cosas aparentemente tan sencillas como sentirse bien, amar y ser amado, encontrar una pareja,o sentirse plenos, parezcan quimeras inalcanzables?
Fue Einstein quien comenzó la gran revolución. Cuestionó la validez del concepto del espacio y del tiempo como algo absoluto, y llegó a la conclusión de que el tiempo discurria más deprisa o más despacio en función de la velocidad a la que se vive.
Hoy sabemos que el sistema cartesiano está obsoleto, o más bien sólo es aplicable a ciertos supuestos sencillos. Conocemos además multiples teorías que nos hablan de un espacio curvado, de unas dimensiones desconocidas, de que el camino más corto entre dos puntos, no es la linea recta. Enormes ecuaciones, gigantescos supuestos matemáticos que se manejan a golpe de computador.
Debe ser esto. Debe ser que los caminos de la vida tampoco son tan sencillos. Debe ocurrir que las cosas de los hombres, sus comportamientos y hechos, obeceden a ecuaciones tan complejas y difíciles, que muchas de las veces nos perdemos en pos de ellas. Tampoco nunca han sido objeto de estudio desde esta perspectiva, ni parece que a los matemáticos les interese demasiado. Obnubilados por la prepotencia que nos invade, caminamos en linea recta hacia el objetivo desdeñando los impulsos y las emociones, las corazonadas y presentimientos, sin darnos cuenta de que ellos son las llaves del camino.
Así pues, sólo una parte de la humanidad, la que escucha a sus sentidos, la que no obedece a obviedades, la que se cuestiona cosas y cree en los caminos imposibles, la que hace del comportamiento humano un laberinto de ejes deformes y únicos, la que cabalga a lomos de la esperanza y la intuición, es la que acaba alcanzando la meta.
Muchos otros creen haber llegado, y se ufanan de su prosperidad o pericia, cegados por la llegada de lo simple, por la sencillez de la linea recta, por la planitud de lo ya dado, por lo cartesiano de sus vidas, mientras caminan sin enterarse junto a las ocultas puertas de lo verdadero. Lástima.
martes, 31 de enero de 2012
REGALOS...
Un día cualquiera, apareció mi regalo. Cuando menos lo esperaba, cuando no lo necesitaba, cuando mis pisadas eran más firmes, cuando mi alma caminaba asentada, cuando la niebla se disipaba y se vislumbraba ya con claridad el camino, allí estaba. Bello, misterioso, colorido y coqueto, con un leve lazo que parecía ir a soltarse con sólo una bocanada.
Detuve mis pasos y lo miré. Giré a su alrededor mientras pensaba qué contendría. Sus formas y colores hacían volar mi imaginación en un continuo ir y venir, en una desordenada escena de expectativas y sueños. Estuve así el tiempo suficiente como para sentirme casi hipnotizado. Una ráfaga de viento acarició mi rostro, y volví a la realidad.
Continué mi camino. A los pocos metros, me di la vuelta. Volví sobre mis pasos y me agaché junto a él. Era bello. No me interesaba cómo ni porqué estaba allí, y a cada momento que pasaba deseaba con más fuerza abrirlo. Dudé y dudé, di mil vueltas a mi cabeza, pero...daba ya casi igual lo que contuviera, sabía que tendría que abrirlo.
Desde la cama donde curaba mis heridas, entre el dolor y la nostalgia, recordé el preciso momento en que levanté la tapa. Era tal el brillo que, deslumbrado, aquel capricho se convirtió en mi dueño hasta el día en que, sin ni siquiera despedirse, desapareció. Inevitable. Dolorosamente dulce. Irrepetible. Parte de mi. Jamás me arrepentí.
Detuve mis pasos y lo miré. Giré a su alrededor mientras pensaba qué contendría. Sus formas y colores hacían volar mi imaginación en un continuo ir y venir, en una desordenada escena de expectativas y sueños. Estuve así el tiempo suficiente como para sentirme casi hipnotizado. Una ráfaga de viento acarició mi rostro, y volví a la realidad.
Continué mi camino. A los pocos metros, me di la vuelta. Volví sobre mis pasos y me agaché junto a él. Era bello. No me interesaba cómo ni porqué estaba allí, y a cada momento que pasaba deseaba con más fuerza abrirlo. Dudé y dudé, di mil vueltas a mi cabeza, pero...daba ya casi igual lo que contuviera, sabía que tendría que abrirlo.
Desde la cama donde curaba mis heridas, entre el dolor y la nostalgia, recordé el preciso momento en que levanté la tapa. Era tal el brillo que, deslumbrado, aquel capricho se convirtió en mi dueño hasta el día en que, sin ni siquiera despedirse, desapareció. Inevitable. Dolorosamente dulce. Irrepetible. Parte de mi. Jamás me arrepentí.
martes, 3 de enero de 2012
DEJARSE LLEVAR
Lucho por intentar mantenerme a flote; mi cabeza da tumbos bajo el agua mientras la fuerza del agua me arrastra sin remisión. Me sumerjo hasta el fondo empujado por los remolinos de la indecisión, dominado por la fuerza de la corriente, engullido por los vertiginosos miedos que ni siquiera me dejan salir a tomar aire.
Siento que desfallezco y entonces recuerdo... Una luz fugaz transita por mi cabeza , y con sus haces dibuja en mi retina letras que enseguida descifro: DEJARSE LLEVAR. Entonces lo veo claro. La primera y más importante lección...no luchar contra la corriente, hacer del rio un aliado. Así ha sido.
Amanezco ya tendido en la orilla sin saber muy bien como he llegado hasta allí, habiendo perdido casi la noción del tiempo en aras de la salvación. No importa. Miro mis ropas rotas, he perdido todo lo que llevaba, y casi desnudo me levanto y contemplo mi cuerpo lleno de rasguños. No entiendo muy bien porqué, pero me siento muy bien. Vivo, libre y renovado. Mas fuerte que nunca, y más feliz de lo que hubiera deseado.
Así son las cosas, así es la vida, DEJARSE LLEVAR en la corriente de lo indeseado y lo doloroso para acabar transitando por el jardín secreto de la libertad y la plenitud.
Vetusta Morla: ¡Cántanoslo!
Siento que desfallezco y entonces recuerdo... Una luz fugaz transita por mi cabeza , y con sus haces dibuja en mi retina letras que enseguida descifro: DEJARSE LLEVAR. Entonces lo veo claro. La primera y más importante lección...no luchar contra la corriente, hacer del rio un aliado. Así ha sido.
Amanezco ya tendido en la orilla sin saber muy bien como he llegado hasta allí, habiendo perdido casi la noción del tiempo en aras de la salvación. No importa. Miro mis ropas rotas, he perdido todo lo que llevaba, y casi desnudo me levanto y contemplo mi cuerpo lleno de rasguños. No entiendo muy bien porqué, pero me siento muy bien. Vivo, libre y renovado. Mas fuerte que nunca, y más feliz de lo que hubiera deseado.
Así son las cosas, así es la vida, DEJARSE LLEVAR en la corriente de lo indeseado y lo doloroso para acabar transitando por el jardín secreto de la libertad y la plenitud.
Vetusta Morla: ¡Cántanoslo!
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