Un día cualquiera, apareció mi regalo. Cuando menos lo esperaba, cuando no lo necesitaba, cuando mis pisadas eran más firmes, cuando mi alma caminaba asentada, cuando la niebla se disipaba y se vislumbraba ya con claridad el camino, allí estaba. Bello, misterioso, colorido y coqueto, con un leve lazo que parecía ir a soltarse con sólo una bocanada.
Detuve mis pasos y lo miré. Giré a su alrededor mientras pensaba qué contendría. Sus formas y colores hacían volar mi imaginación en un continuo ir y venir, en una desordenada escena de expectativas y sueños. Estuve así el tiempo suficiente como para sentirme casi hipnotizado. Una ráfaga de viento acarició mi rostro, y volví a la realidad.
Continué mi camino. A los pocos metros, me di la vuelta. Volví sobre mis pasos y me agaché junto a él. Era bello. No me interesaba cómo ni porqué estaba allí, y a cada momento que pasaba deseaba con más fuerza abrirlo. Dudé y dudé, di mil vueltas a mi cabeza, pero...daba ya casi igual lo que contuviera, sabía que tendría que abrirlo.
Desde la cama donde curaba mis heridas, entre el dolor y la nostalgia, recordé el preciso momento en que levanté la tapa. Era tal el brillo que, deslumbrado, aquel capricho se convirtió en mi dueño hasta el día en que, sin ni siquiera despedirse, desapareció. Inevitable. Dolorosamente dulce. Irrepetible. Parte de mi. Jamás me arrepentí.
martes, 31 de enero de 2012
martes, 3 de enero de 2012
DEJARSE LLEVAR
Lucho por intentar mantenerme a flote; mi cabeza da tumbos bajo el agua mientras la fuerza del agua me arrastra sin remisión. Me sumerjo hasta el fondo empujado por los remolinos de la indecisión, dominado por la fuerza de la corriente, engullido por los vertiginosos miedos que ni siquiera me dejan salir a tomar aire.
Siento que desfallezco y entonces recuerdo... Una luz fugaz transita por mi cabeza , y con sus haces dibuja en mi retina letras que enseguida descifro: DEJARSE LLEVAR. Entonces lo veo claro. La primera y más importante lección...no luchar contra la corriente, hacer del rio un aliado. Así ha sido.
Amanezco ya tendido en la orilla sin saber muy bien como he llegado hasta allí, habiendo perdido casi la noción del tiempo en aras de la salvación. No importa. Miro mis ropas rotas, he perdido todo lo que llevaba, y casi desnudo me levanto y contemplo mi cuerpo lleno de rasguños. No entiendo muy bien porqué, pero me siento muy bien. Vivo, libre y renovado. Mas fuerte que nunca, y más feliz de lo que hubiera deseado.
Así son las cosas, así es la vida, DEJARSE LLEVAR en la corriente de lo indeseado y lo doloroso para acabar transitando por el jardín secreto de la libertad y la plenitud.
Vetusta Morla: ¡Cántanoslo!
Siento que desfallezco y entonces recuerdo... Una luz fugaz transita por mi cabeza , y con sus haces dibuja en mi retina letras que enseguida descifro: DEJARSE LLEVAR. Entonces lo veo claro. La primera y más importante lección...no luchar contra la corriente, hacer del rio un aliado. Así ha sido.
Amanezco ya tendido en la orilla sin saber muy bien como he llegado hasta allí, habiendo perdido casi la noción del tiempo en aras de la salvación. No importa. Miro mis ropas rotas, he perdido todo lo que llevaba, y casi desnudo me levanto y contemplo mi cuerpo lleno de rasguños. No entiendo muy bien porqué, pero me siento muy bien. Vivo, libre y renovado. Mas fuerte que nunca, y más feliz de lo que hubiera deseado.
Así son las cosas, así es la vida, DEJARSE LLEVAR en la corriente de lo indeseado y lo doloroso para acabar transitando por el jardín secreto de la libertad y la plenitud.
Vetusta Morla: ¡Cántanoslo!
Suscribirse a:
Entradas (Atom)