LA SELECCION Y PETER GREENAWAY

Ha terminado el mundial, y España ha ganado el título. Con un juego brillante, sólido, trabajado y profundamente talentoso, lo hemos hecho. Enhorabuena. Es algo muy especial y terriblemente díficil que quizá no se repita nunca, de modo que hay que disfrutarlo mientras podamos.

Viendo a España jugar se me ha venido a la mente la película "El contrato del dibujante". Dirigida por el inglés Peter Greenaway hace ya más de 25 años (1982), pude verla en el año 1989 un anodino día entre semana mientras mataba la madrugada previa a un examen. Me impresionó. Me impresionó profundamente. Un guión estupendamente construido, brillante y nada tramposo, una producción artística fenomenal, avalando una puesta en escena barroca pero necesaria, en total contrapunto con la sobriedad y profesionalidad de unos fantásticos actores ingleses que rezumaban escuela teatral. Por último, la música de Michael Nyman, increible, apropiada, innovante y yo diría casi hipnótica. El conjunto, una película de atmósfera absolutamente conseguida, sólida en su fondo y barroca en su forma, y cuya visión produce un agradable aroma de intemporalidad.

Es éste el mérito de nuestra selección, una selección que permanecerá en el tiempo por su juego, por su concentración, por su espíritu de equipo, humilde pero sin complejos, por su profunda solidez que le ha servido para no dejarse marcar un solo gol en los cuatro partidos finales, pero también por hacer el más bello juego de las últimas décadas basado en la calidad y el estilo propio.

Hoy visiono de nuevo "El contrato del dibujante" y me parece igual de bella que cuando la vi por primera vez. Seguro que el tiempo hará también mucho más grande a ésta selección que ha hecho historia a la luz del ocaso de la sabana y que ha acallado con su juego el sonido ensordecedor de las wuwuzelas.

Así pues, dejo aquí testimonio de la comunión entre la selección española de futbol y "El contrato del dibujante". Si os gusta lo bello, deberíais no olvidar nunca a ninguna de las dos.